jueves, 4 de junio de 2009

semana II

Tras el buen recibimiento que ha tenido la primera crónica de un pepinero en Vigo (sí, así se llama a los de Leganés), voy a intentar continuar con esta buena costumbre de intentar poner y reflejar cuales son los sentimientos, inquietudes y avatares que sufre un emigrante fuera de su hogar.

Sin intentar emular al programa de madrileños por el mundo, intentaré reflejar aquellas curiosidades, extrañezas y sorpresas que me vaya encontrando, así como todo aquello que se me pase por la cabeza y que no tenga en un momento dado a quien contar y que creo que pudiera servir para entretener al personal, hacerle reflexionar, o simplemente, que pueda leer algo entre correo y correo, marrón y marrón o reunión y reunión.

Eso sí, no abuséis de esto que luego todo se sabe y siempre queda constancia de los accesos a Internet en nuestras respectivas empresas.
No garantizo ni que sea constante en la actualización de contenidos, ni que sean entretenidos ni que sean de vuestro interés.
El que no los quiera leer que no los lea y el que los lea y no les guste, pues que se jo.. y que seleccione mejor sus lecturas la próxima vez.

Pues al grano entonces……

Como os comenté en el primer correo, estoy todavía en la fase inicial que yo mismo he denominado “logística”. Es decir, hacerme al sitio, cubrir las necesidades básicas de todo trabajador en una oficina y sobre todo, buscar alojamiento.

Hasta ahora nunca me había visto en la necesidad de tener que alquilar un piso para más tiempo de una semana o quincena en un sitio de costa, que lo que prima siempre es lo más barato en la mayor parte de los casos y lo mejor situado con los sitios más turísticos.
Ahora mis necesidades eran otras: precio razonable (las dietas que recibo no dan para alquilar una mansión), que estuviera cerca del trabajo, que tuviera sitio por si venía alguna visita, que estuviera amueblado, que pudiera tener plaza de garaje y que sobre todo, que fuera un sitio agradable y que quisieran alquilar por un periodo de 6 meses.

Esto último ha sido lo más difícil de conseguir. Lo de la crisis inmobiliaria se ve que no ha llegado a Galicia o la gente de aquí prefiere tener un piso vacío antes que alquilarlo por unos meses.

A pesar de esa limitación, he podido ver algunos pisos/apartamentos en los que encajaba lo del periodo corto de alquiler y el resto de requerimientos.

He podido descubrir un mundo nuevo y lo que rodea a una parte del sector inmobiliario: avales bancarios, fianzas, presentación de nóminas y declaración de renta, carta de presentación, páginas de búsqueda de pisos, anuncios, pisos en zonas chungas, pisos equipados al más alto standing….

He podido descubrir cómo muchos de los anuncios que aparecen en los principales portales de Internet, o son falsos, o no son de particulares, sino que por detrás hay inmobiliarias.
He podido descubrir cómo algunas agencias buscan a su vez en Internet para ofrecerte viviendas que tú ya has visto por otro lado.
He podido descubrir cómo se anuncian pisos como céntricos cuando están en sitios que son casi polígonos.
He podido descubrir, que aparte de mirar el número de habitaciones o el baño, ¡!!hay que probar el colchón!!, que luego uno se puede llevar una sorpresa y descubrir que vas a dormir sobre una tabla, un colchón hinchable o sobre los mismos muelles.

Al final de todo esto, vi dos pisos que cumplían con las características.

En ambos tenía que ir a trabajar en coche a trabajar, lo de ir andando lo descarté al segundo día, no por falta de ganas, sino porque no había pisos disponibles en la zona más próxima al curro.

En ambos me permitían alquilar por meses.
Ambos están situados a más o menos la distancia del trabajo.
Uno sin plaza de garaje (por la zona se puede encontrar plaza en alquiler
Dos habitaciones, salón y cocina en el pasillo. Sí habéis leido bien, una cocina totalmente equipada instalada en un pasillo. Curioso.
Otro con plaza de garaje y bodega. (No, no os llevéis a engaño, lo de bodega aquí se llama a un pequeño trastero). Dos habitaciones, baño y aseo, cocina americana.
Uno en el centro de Vigo.
Otro en primera línea de playa.

Y el elegido fue……………..
(Continuará)

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