A algunos de vosotros al leer estas palabras se les habrá el puesto el corazón en un puño, e incluso alguno habrá levantado el puño en alto, todo puede ser….pero no van por ahí los tiros y no pretendo influenciaros de cara a estas próximas elecciones europeas, aunque alguno de vosotros ya sabréis por donde tiraría.
Además, que levante la mano (o el puño) a quién le interesen mucho mucho la próxima convocatoria de elecciones.
Bueno, el caso es que la semana pasada se caracterizó por una serie de movilizaciones laborales en la ciudad de Vigo, en concreto movilizaciones en el sector del metal.
Algunos, los más viejos, recordarán que los trabajadores del sector de las telecomunicaciones estuvimos adscritos durante algún tiempo al sector del metal, se ve que en los primeros años del chip, los transitores y las válvulas, era lo más parecido, supongo que por eso del uso del soldador y del estaño. Ahora si os digo la verdad, no tengo ni idea si estamos suscritos a algún sector con convenio general y que nos aplique a todos. Tendré que enterarme.
El caso es que en la semana en cuestión hubo huelgas, manifestaciones e incluso alguna batalla campal y quema de contenedores por parte de los trabajadores de dicho sector, la mayoría perteneciente a los astilleros.
La influencia de la huelga en la vida (tranquila) de Vigo se hizo notar, sobre todo para aquellos que se tenían que mover por ciertas zonas en vehículo propio.
Uno de los días, el jueves en concreto, cortaron los accesos a la zona franca, con colocación de vallas y conos en una de las carreteras de acceso.
Desde el sitio donde estoy sentado pude ver como tres personas (digo bien) tres personas, se fueron dirigiendo a una de las glorietas de dicha carretera a cortar el tráfico. Con dos cojones, tres tíos solos ante el peligro. Una vez cortado el tráfico se fueron sumando alguno más, pero si os digo la verdad, no creo que fueran más de 20 personas en total los que formaban el piquete.
20 personas reteniendo a unos 50 coches. Eso se llama igualdad de condiciones. El caso es que ninguno de los pobres conductores, ajenos a toda reivindicación y lo más posible, que ni les iba ni les venían los problemas del sector y que se vieron atrapados en la caravana hizo ningún ademán de salir del coche y liarse a mamporros.
El piquete no duró más de media hora.
Siempre me había imaginado los piquetes con un montón de gente, gente alterada y con pancartas, gritando consignas más o menos rebuscadas.
Me llevé una pequeña decepción, tenía butaca en primera fila y se quedó el espectáculo en una simple función de un teatro de segunda.
Hasta en esto se nota que vamos evolucionando, no hace falta montar grandes alborotos para revindicar alguna cosa.
¿O será que en las pequeñas ciudades con poca gente se montan pequeños alborotos y con esto es suficiente?
Los que si se liaron a mamporros fueron los policías y los manifestantes en otro lado de Vigo. En una de las concentraciones a alguno de los manifestantes o alguno de los policías, vete tú a saber, se le fue la mano en algún momento y se armó la de dios es cristo.
Tornillos, piedras y vallas volando, quema de contenedores, carreras y cargas policiales.
Al poco tiempo de acabar la carga policial tuve la necesidad de pasar por la zona en cuestión. Vi restos de tornillos por los suelos como nunca los había visto de grandes, supongo que para hacer los barcos se necesitan de ese tamaño, no sea que luego la rosca chapa dé de sí y pase lo del Prestige.
Tras ese día de altercados y primera página en periódicos Nacionales y apertura de telediarios, la normalidad ha vuelto a Vigo, aunque los pobres trabajadores siguen sin renovar su convenio laboral.
Todo andará, que en tiempos de crisis y vacas flacas, todo el mundo cederá un poquito y se llegará a buen puerto (nunca mejor dicho)
PD: Debido a las peticiones del respetable y viendo que lo de las fotos es lo que más os llama la atención, mando bonita foto de la desembocadura del Rio Miño, en la frontera entre España (grande y una) y Portugal. Foto tomada desde el Monte de Santa Tecla, en La Guardia.
Dedicada a mi amigo Jose Luis que vino a hacerme una visita.
Además, que levante la mano (o el puño) a quién le interesen mucho mucho la próxima convocatoria de elecciones.
Bueno, el caso es que la semana pasada se caracterizó por una serie de movilizaciones laborales en la ciudad de Vigo, en concreto movilizaciones en el sector del metal.
Algunos, los más viejos, recordarán que los trabajadores del sector de las telecomunicaciones estuvimos adscritos durante algún tiempo al sector del metal, se ve que en los primeros años del chip, los transitores y las válvulas, era lo más parecido, supongo que por eso del uso del soldador y del estaño. Ahora si os digo la verdad, no tengo ni idea si estamos suscritos a algún sector con convenio general y que nos aplique a todos. Tendré que enterarme.
El caso es que en la semana en cuestión hubo huelgas, manifestaciones e incluso alguna batalla campal y quema de contenedores por parte de los trabajadores de dicho sector, la mayoría perteneciente a los astilleros.
La influencia de la huelga en la vida (tranquila) de Vigo se hizo notar, sobre todo para aquellos que se tenían que mover por ciertas zonas en vehículo propio.
Uno de los días, el jueves en concreto, cortaron los accesos a la zona franca, con colocación de vallas y conos en una de las carreteras de acceso.
Desde el sitio donde estoy sentado pude ver como tres personas (digo bien) tres personas, se fueron dirigiendo a una de las glorietas de dicha carretera a cortar el tráfico. Con dos cojones, tres tíos solos ante el peligro. Una vez cortado el tráfico se fueron sumando alguno más, pero si os digo la verdad, no creo que fueran más de 20 personas en total los que formaban el piquete.
20 personas reteniendo a unos 50 coches. Eso se llama igualdad de condiciones. El caso es que ninguno de los pobres conductores, ajenos a toda reivindicación y lo más posible, que ni les iba ni les venían los problemas del sector y que se vieron atrapados en la caravana hizo ningún ademán de salir del coche y liarse a mamporros.
El piquete no duró más de media hora.
Siempre me había imaginado los piquetes con un montón de gente, gente alterada y con pancartas, gritando consignas más o menos rebuscadas.
Me llevé una pequeña decepción, tenía butaca en primera fila y se quedó el espectáculo en una simple función de un teatro de segunda.
Hasta en esto se nota que vamos evolucionando, no hace falta montar grandes alborotos para revindicar alguna cosa.
¿O será que en las pequeñas ciudades con poca gente se montan pequeños alborotos y con esto es suficiente?
Los que si se liaron a mamporros fueron los policías y los manifestantes en otro lado de Vigo. En una de las concentraciones a alguno de los manifestantes o alguno de los policías, vete tú a saber, se le fue la mano en algún momento y se armó la de dios es cristo.
Tornillos, piedras y vallas volando, quema de contenedores, carreras y cargas policiales.
Al poco tiempo de acabar la carga policial tuve la necesidad de pasar por la zona en cuestión. Vi restos de tornillos por los suelos como nunca los había visto de grandes, supongo que para hacer los barcos se necesitan de ese tamaño, no sea que luego la rosca chapa dé de sí y pase lo del Prestige.
Tras ese día de altercados y primera página en periódicos Nacionales y apertura de telediarios, la normalidad ha vuelto a Vigo, aunque los pobres trabajadores siguen sin renovar su convenio laboral.
Todo andará, que en tiempos de crisis y vacas flacas, todo el mundo cederá un poquito y se llegará a buen puerto (nunca mejor dicho)
PD: Debido a las peticiones del respetable y viendo que lo de las fotos es lo que más os llama la atención, mando bonita foto de la desembocadura del Rio Miño, en la frontera entre España (grande y una) y Portugal. Foto tomada desde el Monte de Santa Tecla, en La Guardia.
Dedicada a mi amigo Jose Luis que vino a hacerme una visita.
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